lunes, 17 de junio de 2013

La bruja - Cambiante... Nahual

Soy un cambiante, cambio de forma, cambio de mente, y cambia mi ser.

Soy la que puede ser como tu, como aquel, como ellos, como aquellas chicas que estan sentadas sin preocupaciones.

Puedo ser aquel gato que maulla  por las noches... aquel perro que ladra sin cesar.

Puedo ser rubia, peliroja, morena... alta, chiquita. de ojos grandes y azules..

Puedo ser un hombre, un caballero fino, puedo ser un hombre machista, puedo ser el hombre ideal de aquellas mujeres tontas.

Puedo ser una niña, una adolescente, una anciana, una mujer...

Puedo llegar ser tu peor pesadilla o tu sueño hecho realidad.

Hoy me puedes conocer... mañana puedo ser otra persona mas alejada de lo que tu conociste...

Soy la pesadilla de psiquiatras, el pecado de los catolicos... soy un enigma a los que me quieren estudiar...

Soy la mejor Blasfemia de todo entendimiento.... Soy camaleon! Soy Eterna!


El Naoalli propiamente se llama brujo que de noche espanta á los hombres é chupa á los niños. Al que es curioso de este oficio, bien se le entiende cualquiera cosa de hechizos, y para usar de ellos es astuto, aprovecha y no daña. El que es maléfico y pestífero de este oficio, hace daño á los cuerpos con los dichos hechizos, saca de juicio y ahoga, es envayador ó encantador.

-(Sahagún, libro X, cap. IX)-

El brujo en México se nacionalizó con el nombre de nahual. La imaginación popular lo representaba bajo figuras espantosas y extravagantes... Se dice que era un indio viejo transformado en animal por los años, un anciano de ojos escoriados y sin pestañas, de rostro despellejado, dientes blanquísimos, sonrisa diabólica, grandes uñas y cubierto de plumas (la gente vulgar afirmaba que le salían en lugar de cabello).

Los nahuales se transforman en serpiente, lobos o coyotes, se esconden en matorrales o en la espesura del bosque para acometer a sus víctimas... Atacan a los viajeros solitarios, cuando se distrae, se ve asaltado por una bestia que lo hiere y es despedazado sin piedad. Si se es enemigo de éstos, nunca se saldrá librado. El nahual deposita en ellos un tiesto una angulosa y cortante guija debajo de la piel de su adversario, nadie lo percibe cuando actúa. La guija o tiesto se transformará en una dolorosa llaga incurable y eterna.

El nahual dirige miradas terribles y espantosas a quien desea hacer el daño, en seguida, se dirige en el suelo o en un muro delinea los perfiles del rostro de su víctima y en el lugar correspondiente a las sienes fija una espina, en el mismo instante, la persona sentirá un intenso dolor en la cabeza, éste no desaparecerá a no ser que el brujo lo extraiga por conjuros y ensalmos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario